Cisjordania está siendo golpeada por una masacre sin precedentes: en menos de un mes, han sufrido un total de 1017 asesinatos de ciudadanos palestinos por parte de los colonos israelíes, quienes habrían ejecutado un total de 260 ataques durante ese período. La cifra más alta de numero de atentados registrada desde el 2006 según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por su parte, el portavoz de la ONU, Thameen Al-Kheetan, ha señalado que, además de los ataques armados, hay un incremento en demoliciones de viviendas, expropiaciones, arrestos y restricciones de movimiento para los palestinos, afirmando que los sucesos ocurren “en un momento de impunidad”, ya que muchos de estos atentados no están siendo investigados.
En paralelo, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha reaccionado a un ataque que ocurrió este martes en un asentamiento cerca de Gush Etzion —que dejó un muerto y tres heridos— asegurando que Israel está “decidido a completar la guerra en todos los frentes”.
Para Netanyahu, esto incluye desarmar a Hamás y desmilitarizar la Franja de Gaza. También ha dicho que su gobierno ha consolidado su presencia en Cisjordania en los últimos años y que su brazo “sigue extendido por si es necesario”.
Este discurso ha generado preocupación internacional: para algunos observadores y organizaciones de derechos humanos, la declaración de “guerra en todos los frentes” podría interpretarse como parte de una estrategia para ejercer un control más permanente sobre Cisjordania, especialmente en un contexto de violencia cada vez más frecuente.
Desde la perspectiva israelí, el Gobierno argumenta que sus acciones buscan reforzar la seguridad tras los ataques. Para la ONU, sin embargo, el fuerte aumento de agresiones por parte de colonos y las restricciones impuestas a la población palestina son indicadores de una crisis humanitaria grave, con posibles violaciones al derecho internacional.
Muy al margen de los bandos y los intereses existentes políticos a partir del conflicto, la prioridad para las instituciones y los gobiernos es detener la violencia y evitar que siga incrementando el número de víctimas de una guerra que no tiene ni pies ni cabeza.









