Contra todo pronóstico, el viernes pasado Phillip Butters renunció irrevocablemente a su militancia en Avanza País y puso fin a su precandidatura presidencial para las elecciones 2026.
Fue un giro brusco, comunicado oficialmente mediante carta notarial dirigida al presidente del partido. Butters declaró que su alejamiento responde a “motivos políticos y personales” y afirmó que busca recuperar su independencia política para continuar con su labor profesional habitual.
En su mensaje, Butters acusó al partido de carecer de la estructura mínima: “organización, control interno, financiamiento y desarrollo político” — elementos que para él resultaban indispensables para sostener una campaña seria.
Esta crítica abre la puerta a una reflexión: ¿qué tan preparados están los partidos que confían sus candidaturas a figuras mediáticas más que a cuadros consolidados?
La renuncia cayó como un balde de agua fría a solo días de las elecciones internas de Avanza País, un timing que sacude al partido. Su conducción, estructurada en torno a Butters como caballo mediático, se ve obligada a reconfigurar su fórmula presidencial de urgencia.
Y en efecto: al día siguiente, la dirigencia del partido anunció que su primera opción para reemplazarlo es José Williams — ex congresista, ex presidente del Congreso, con pasado militar, conocido por su papel en la operación Chavín de Huántar.
Este cambio revela varias cosas: primero —una fractura interna— entre quienes apostaron por un “outsider mediático” como Butters y quienes prefieren la vieja guardia, con nombres de trayectoria y perfil institucional.
Segundo —una apuesta clara del partido por la “estabilidad” y el respaldo militar/conservador frente al “show” mediático. Y tercero —una advertencia para quienes piensen que con carisma basta: sin estructura, organización ni base, hasta el candidato más ruidoso puede saltar del barco.
Cabe señalar que esta no es la primera polémica en torno a Butters. Durante su breve paso como precandidato generó reacciones fuertes: por ejemplo, en una visita a Puno recibió protestas airadas —entre pedidos de que “no regrese” y reclamos por declaraciones ‒ lo que dejó en evidencia lo polarizante de su figura.
Pero lo que más llama la atención es la ligereza del conductor: abandonar justo cuando el partido necesitaba definirse. Esa decisión puede interpretarse como un acto de honestidad —rechazo a una estructura débil— o como un abandono calculado, consciente del daño interno, pero quizás con la intención de preservar su imagen mediática intacta.
Finalmente, con la salida de Butters, Avanza País parece haber salido del “show mediático” y haber apostado por un candidato más conservador y menos controversial, hecho que podría —como no—jugarle a favor en estas próximas elecciones. Ya que si bien Williams es un personaje más discreto en comparación a Butters, este último les aseguraba visibilidad al partido, como ocurre con Somos Perú, que entre sus filas tiene al ex futbolista George Forsyth y la hija de Susy Díaz, ‘Florcita’ Polo.
Será que el partido del tren ahora se enfocará en sus propuestas políticas con el fin de llamar la atención del electorado, ¿o quizá ha incluido otros coloridos personajes en sus listas?
La respuesta la obtendremos este 23 de diciembre, donde nos enteraremos de los candidatos oficiales al legislativo y al ejecutivo de los 37 partidos políticos en carrera.
Todavía hay mucho pan que rebanar, esto es apenas el principio, no se distraigan por las fiesta, que ahora es cuando la carrera empieza.










