A finales de julio, el pastor hondureño Daniel Fuentes Espinal fue arrestado por agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) mientras se dirigía a su trabajo en una obra de construcción. Según las autoridades, llevaba años residiendo en Maryland sin un estatus migratorio legal.
Fuentes Espinal vive en los Estados Unidos desde el 2001, sin embargo su visa venció hace casi un cuarto de siglo, ya que este habría ingresado al país bajo una visa de visitante que le permitía permanecer durante seis meses en territorio norteamericano.
El padre de familia, habría intentado acogerse a la modalidad de la ‘greencard’, sin embargo esta habría resultado en palabras de su familia en una “pesadilla burocrática”. Ya que este habría invertido una considerable cantidad de dinero, tiempo y energía tratando de regularizar su situación migratoria sin éxito.
A sus 54 años, el hondureño supervisa la Iglesia del Nazareno Jesús Te Ama en Easton. Asimismo, según la página de GoFundMe del pastor, proporciona regularmente comida, refugio, ropa, fondos de emergencia y apoyo emocional a los residentes más vulnerables de Easton, Maryland.
Una de sus hijas, Clarissa Fuentes Diaz afirma que detuvieron a su padre sin previa explicación, lo cual generó confusión y miedo.
Según informes, el religioso se encontraría predicando en compañía de los detenidos en el Centro Correccional Winn en la parroquia Winn, Luisiana, mientras espera enfrentar a un juez de inmigración para solicitar la fianza.
Al respecto, su familia se encuentra recaudando fondos en GoFundMe para lograr afrontar los gastos legales y del diario.
La detención del pastor Fuentes es la última dentro de una serie de casos de detención de líderes religiosos hispanos de la administración de Donald Trump, una estrategia que, al golpear a figuras de gran peso social, envía un mensaje de advertencia a toda la comunidad inmigrante: no importa que tan buena sea tu labor o que tan arraigado estés, este es mi país.