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¿Todo vale si lo hace Israel? Pastor Rubén Gutknecht desinforma sobre el conflicto israelí-palestino

La entrevista en Bethel TV a Rubén Gutknecht mezcla la religión y argumentos sesgados para presentar una versión parcial del conflicto israelí-palestino.

El 15 de septiembre del presente año, el Pastor evangélico Rubén Gutknecht, promotor de la Marcha de la Vida por Israel, fue invitado a Bethel TV para explicar «toda la verdad» sobre la guerra entre Israel y Palestina. Sin embargo, su intervención exhibió un discurso marcadamente sesgado que, en lugar de promover un debate público informado y objetivo, funcionó como propaganda política a favor del Estado del Israel.

Algo que debemos tener muy claro: Condenar las acciones de Israel no significa «maldecir al pueblo de Dios»

La Biblia presenta a Israel como el pueblo de Dios en la historia de la salvación, pero eso no significa que los cristianos debamos asumir sin cuestionamiento cada acción del Israel moderno. Cuestionar políticas o decisiones humanas no equivale a “maldecir a Israel”; por el contrario, nuestra fe se sostiene en la enseñanza de Jesucristo: amar al prójimo, rechazar la violencia y buscar la justicia. El amor rompe todo y está por encima de cualquier fuerza o maldición.

La imparcialidad del Pastor Rubén Gutknecht se ve cuestionada por el reconocimiento de la Embajada de Israel por ser promotor en la Marcha de la Vida

Una verdad a medias

El pastor Rubén Gutknecht sitúa el inicio del conflicto en el atentado terrorista de Hamas del 7 de octubre del 2023. Sin embargo, esta afirmación reduce significativamente las raíces históricas del conflicto y omite la responsabilidad de Israel en la escalada de violencia.

El conflicto entre Israel y Palestina tiene sus orígenes en 1948, con la creación del Estado de Israel por la Resolución 181 de las Naciones Unidas y la posterior guerra árabe-israelí. Ese proceso supuso el desplazamiento forzoso de miles de palestinos y la destrucción de cientos de aldeas, marcando el inicio de una prolongada disputa territorial y política. Desde entonces, la expansión israelí y la ocupación de Cisjordania y Gaza han consolidado un sistema de control caracterizado por asentamientos ilegales, restricciones a la movilidad, expropiaciones de tierras y segregación institucionalizada, lo que numerosos organismos internacionales y defensores de derechos humanos describen como un régimen de apartheid. De esta manera, el conflicto actual es el resultado de décadas de violencia armada entre ambas naciones que combina elementos traslado forzado, resistencia y desigualdades estructurales.  

Violencia, adoctrinamiento y doble moral

Durante la entrevista el pastor Rubén Gutknecht señaló un supuesto audio de un terrorista de Hamas alardeando haber asesinado a diez judíos. Asimismo, denunció con total indignación que los terroristas de Hamas están adoctrinando a los niños palestinos para odiar y matar a los judíos “se ha creado un ambiente donde hasta los niños están enseñando a matar a judíos”. Mientras que estos casos son totalmente repudiables y deben ser condenados, casualmente el pastor decide ignorar que estas mismas acciones son cometidas por el gobierno y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Según la politóloga judía Eynel Pilatowsky, en Israel existe un proyecto educativo de deshumanización del pueblo palestino. Una investigación titulada “Palestina en los libros escolares de Israel” de Peled-Elhanam[1] refuerza esta afirmación y denuncia que los contenidos de los libros escolares israelíes reflejan una serie de supuestos ideológicos que configuran la percepción hacia los palestinos y el conflicto en general. Se parte de la premisa de los derechos históricos del pueblo judío sobre la tierra de Israel, reforzados por la amenaza árabe, el antisemitismo global y la idea de que los árabes disponen de muchos países mientras que los judíos solo cuentan con uno. Además, los palestinos son presentados como un problema demográfico que, de no ser controlado, podría transformarse en una amenaza existencial, y como un peligro constante en los territorios ocupados que supuestamente buscarían asesinar a los israelíes. Finalmente, se transmite un ideal normativo: lo deseable es un Estado judío con mayoría judía y bajo control israelí, reforzando así la visión de exclusión y desconfianza hacia la población palestina.

Asimismo, los libros evidencian una exclusión cultural, ya que no muestran ningún aspecto positivo de la población palestina, ya sea historia, literatura, arquitectura, tradiciones, etc. De manera significativa, tampoco aparecen imágenes de personas palestinas en su dimensión humana, sino que se les representa mediante estereotipos despectivos y reductivos —terroristas, refugiados o campesinos atrasados—. Además, en muchos libros, se les cataloga como “los árabes de Israel”, lo que elimina la identidad nacional de los palestinos y los invisibiliza de la sociedad.

Esto refuerza la deshumanización que los judíos sienten hacía los palestinos. En el 2017, Palestine Info Center compartió el siguiente video con el objetivo de demostrar cómo el gobierno israelí promueve el asesinato y deshumanización de los musulmanes y de la población palestina a los niños israelíes. Se puede observar a niños de no más de diez años afirmando que su sueño es convertirse en solados que “asesinen árabes” y que eso les haría sentir “felices”.  

Sobre la presencia de Hamás en zonas civiles y la respuesta militar

En relación a las críticas al gobierno de Netanyahu por las muertes que está cometiendo en la Franja de Gaza, el pastor Rubén Gutknecht defiende que la razón de las muertes es debido a que “la realidad es que se esta descubriendo cada vez más que incluso la ONU tiene que sacar papeles que no quería sacar que la organización de ayuda para palestina trabajaba en la sala con Hamas y cubría a Hamas y confirmaron que se instalaron en hospitales, colegios, lugares públicos, incluso lugares de la ONU para poder desde allí atacar a Israel”  y que, frente a ello, “Israel tiene todo el derecho de defenderse”

Sin embargo, este argumento resulta problemático en varios niveles. En primer lugar, incluso si existieran casos documentados de presencia de Hamas en zonas civiles, el derecho internacional humanitario establece de manera clara que los Estados tienen la obligación de distinguir entre combatientes y no combatientes, y de evitar ataques desproporcionados contra civiles. En segundo lugar, Israel posee uno de los sistemas de inteligencia y tecnología militar más avanzados del mundo, lo que contradice la narrativa de que “no puede evitar” bombardear objetivos civiles. Finalmente, informes de organismos internacionales y de derechos humanos han denunciado que la destrucción sistemática de hospitales, viviendas y escuelas responde más a crímenes de guerra y actos que buscan exterminan parcialmente a la población palestina que a operaciones contra objetivos militares.

En este sentido, el argumento de que Hamás se oculta en estructuras civiles se convierte en una forma de desligar la responsabilidad de Israel.

“Guerra avisada no mata gente”

Otro argumento usado por el pastor Rubén Gutknecht para justificar los ataques indiscriminados de Israel ha sido el famoso refrán “Guerra avisada no mata gente” y “En que guerra yo voy a tumbar un edificio, tiro papeletas por avión, mando mensaje de texto, hay bocinas diciendo salgan de aquí que vamos a atacar, yo creo que en ninguna guerra se ha visto eso, los únicos que lo hacen es el ejército de Israel y todavía los critican”. Sin embargo, en contextos de asedio, como ocurre en Gaza, la población civil no tiene a dónde huir: las fronteras están cerradas, las rutas destruidas y los refugios carecen de seguridad, pues incluso hospitales y escuelas y edificios de la ONU son atacados. Además, “avisar” un ataque no exime a una potencia militar de cumplir con el derecho internacional humanitario, que prohíbe los bombardeos indiscriminados y desproporcionados contra civiles.

Asimismo, el pastor Rubén Gutknecht sostiene que “Nadie quiere la destrucción de Gaza, ni Israel la quiere”, no obstante, este argumento se contradice con las propias declaraciones del primer ministro Netanyahu, quien ha afirmado explícitamente que “no habrá un Estado palestino, este lugar nos pertenece” y que tanto Gaza como Cisjordania quedarán bajo control israelí. Estas afirmaciones sugieren que el objetivo va más allá de neutralizar a Hamás, apuntando a la negación sistemática de la soberanía palestina y, en consecuencia, a la erosión de la posibilidad de un futuro Estado palestino.

Por último, resulta sumamente sesgado destacar únicamente el número de víctimas israelíes por el ataque de Hamas del 7 de octubre – alrededor de 1400 fallecidos – y omitir el recuente de palestinos muertos por la ofensiva militar del gobierno de Israel, cuya cifra se estima que alcanza los 65 mil. De igual forma, en ningún momento se abordó la grave crisis alimentaria que padece la población en Gaza, que según las Naciones Unidas, se estima que al menos 600 mil palestinos enfrentarán riesgo de hambruna catastrófica para fines de este mes.

En suma, el discurso del pastor Rubén Gutknecht en Bethel TV revela una lectura parcial y polarizada del conflicto que omite elementos históricos, legales y humanitarios esenciales.  Este hecho supone que la cadena evangélica no busca informar, sino adoctrinar a su audiencia, ofreciendo una tribuna exclusiva a voces que concuerdan con su agenda ideológica y religiosa en favor de Israel. 

Instrumentalización de la Fe

  • Emplear el uso de la Biblia “Bendito el que bendice a Israel” para fomentar el apoyo y legitimización al gobierno de Benjamín Netanyahu.
  • Asociar el gobierno actual de Benjamín Netanyahu con el Israel bíblico.
  • Minimización o relativización de las denuncias por crímenes de guerra y apartheid usando lenguaje religioso y argumentos de seguridad.
  • Emplear expresiones como “el pueblo de Dios” y “el hijo amado de Dios” al referirse al gobierno de Israel.
  • Convocar a la comunidad cristiana a alcanzar un objetivo meramente político como mover la embajada de Tel Aviv a Jerusalén “nosotros como cristianos deberíamos darle un empujoncito” como afirma el Pastor Rubén Gutknecht.
  • Aprovechar el sentimiento religioso de los creyentes para movilizar el apoyo a la causa israelí, sin cuestionar las acusaciones de los crímenes de guerra y genocidio por las organizaciones internacionales, minimizando el sufrimiento palestino.

[1] Peled-Elhanan, N. (2012). Palestine in Israeli School Books: Ideology and Propaganda in Education. London

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