Olga Izquierdo, directora del movimiento profamilia «Que No Nos Callen» reapareció en redes sociales para cuestionar duramente a la candidata a la primera vicepresidencia de Renovación Popular, Norma Yarrow, luego de la ya viral entrevista con Fabricio Escajadillo en Resurge TV. Según Izquierdo, el periodista habría dejado al descubierto “las intenciones” de Yarrow respecto a la llamada agenda LGTB, afirmando que la candidata “no supo responder ante los cuestionamientos ni la abrumadora evidencia”.
Todo comenzó cuando, durante la entrevista, Escajadillo le preguntó a Yarrow si estaba a favor de la unión civil. La congresista respondió:
“Para nosotros, la unión civil no es una alternativa, la unión patrimonial sí, y es un proyecto de ley que está en la comisión de justicia, donde tenemos a dos miembros de Renovación”.
En su explicación, Yarrow buscó diferenciar esa figura jurídica de la unión civil:
“La asistencia al ser humano, a la persona y ver el tema patrimonial… porque hay mentes perversas que creen que una unión patrimonial tiene que ser por una unión sexual”.
Luego añadió un ejemplo más emocional:
“¿Qué pasa cuando hay una persona enferma, en muchos casos los hijos que abandonaron a los padres…? Esta persona que vive muchos años con la tía, la abuela, los primos, los amigos, sin tener ninguna relación, pueda asistirlo en caso de salud… y que ese patrimonio no sea para personas que nunca tuvieron solidaridad con ese ser humano”.
Pero el entrevistador no quedó conforme. Escajadillo insistió en que, más allá del nombre, la figura daba los mismos beneficios clave que una unión civil:
“No estamos hablando de algo que se llama matrimonio en el papel, pero que a la hora de la hora, esto afecta temas sensibles como la herencia, la pensión, la organización familiar. Usted le puede poner el nombre que quiera”.
La tensión creció. Yarrow contraatacó acusándolo de trabajar para Philip Butters, uno de sus rivales internos. Escajadillo respondió mencionando un acuerdo firmado por Yarrow en 2018 junto a colectivos LGTBI durante su postulación como teniente alcalde por Podemos Perú, documento que, según él, demostraba un cambio de postura.
Yarrow se defendió afirmando que todos los candidatos de ese entonces —incluidos Jorge Muñoz y Gustavo Guerra García— firmaban tras exponer sus ideas, y que Escajadillo solo mostraba la parte LGTBI del documento.
El conductor continuó y le recordó la ordenanza municipal antidiscriminación que ella firmó en 2019 cuando era regidora:
Ella no retrocedió.
“La volvería a firmar. Porque… la gente que vive con odio al ser humano, no es un provida, no es un profamilia”.
Luego vino el golpe directo del periodista:
“¿Estás de acuerdo con que boten a patadas a una persona porque tiene una orientación sexual distinta?”
El intercambio siguió girando en torno a la misma pregunta: ¿está o no a favor de la unión civil? Yarrow volvió a negarlo:
“Yo estoy a favor de la asistencia”.
El balance final dejó a una candidata con un discurso zigzagueante, difícil de ubicar para los propios electores que buscan claridad. Y peor aún: con un cuestionamiento sobre el real posicionamiento de Renovación Popular, considerando que Yarrow sería, en un eventual gobierno, la mano derecha de Rafael López Aliaga.
Tras la entrevista, Izquierdo —directora de “¡Qué No Nos Callen!”, vocera de Con Mis Hijos No Te Metas, redactora de ILAD Media y excandidata a la Cámara de Diputados por Podemos Perú— salió con fuerza contra Yarrow.
Izquierdo, recordada por su protesta contra los “baños inclusivos” del aeropuerto Jorge Chávez, que terminó en una denuncia por presunta discriminación, decidió cuestionar públicamente la coherencia de la candidata de Renovación Popular. La activista busca que no se instrumentalice la fe, que no se utilice la religión como medio para obtener votos, que no muestren una cara campaña, y otra en el poder, exige consistencia en los discursos políticos.
Olga Izquierdo demostró tener más coherencia que sus colegas Julio Rosas y Christian Rosas, del movimiento Con Mis Hijos No Te Metas. Se retiró del partido del cuestionado José Luna Gálvez, alegando que sus vínculos con Perú Libre contradecían sus principios.
Su crítica apunta a algo que incluso sus detractores podrían considerar legítimo: consistencia política.
Para Izquierdo, Yarrow representa ese tipo de candidata que dice una cosa en campaña y otra ante diferentes audiencias, moviendo el discurso según lo que conviene.
Y puede que, al margen de ideologías, ese señalamiento no esté tan lejos de la realidad.
La discusión recién comienza, y las contradicciones —tanto de Yarrow como de quienes la critican— quedarán bajo la lupa conforme nos acerquemos al 2026. Lo único claro es que la exigencia de honestidad y coherencia, en un escenario político donde estas virtudes escasean, está viniendo incluso desde quienes también cargan con su propio historial por explicar.