El pasado 27 de julio, la provincia de Ituri en la República Democrática del Congo (RDC), fue escenario de una noticia tan dolorosa como estremecedora. Un ataque perpetrado por un grupo armado contra una iglesia dejó al menos 40 muertos y decenas de heridos. Este acto de violencia, que se suma a una larga lista de atrocidades contra los cristianos en África, evidencia los peligros del fundamentalismo religioso y la vulnerabilidad de las comunidades religiosas en contextos de conflicto armado.
Las autoridades locales y organismos humanitarios atribuyen la masacre a las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), grupo ligado al Estado Islámico. Lamentablemente, este atentado no es un hecho aislado. En febrero del 2025, militantes del ADF asesinaron a 70 cristianos en una iglesia protestante[1] y un año antes, 40 cristianos fueron masacrados en Kivu del Norte en hechos similares.[2]
Estos atentados son un síntoma de la prolongada crisis humanitaria que azota la zona oriental de la RDC. En este escenario, arraigado por los efectos de la colonización, la explotación ilegal de recursos naturales y la presencia de grupos armados fundamentalistas, ha llevado al Estado a ser incapaz de garantizar la seguridad de su población y, en especial, de las minorías religiosas. En medio de esta violencia, las iglesias cristianas se han convertido en refugio para los damnificados, pero al mismo tiempo, en blanco de ataques por grupos rebeldes, evidenciando una violación al derecho fundamental de la libertad religiosa y sembrando terror a quienes buscan un espacio de oración y protección.
Las ADF (Fuerzas Democráticas Aliadas), vinculadas al Estado Islámico, asesinaron a decenas de fieles en una iglesia católica en el noroeste de la República Democrática del Congo. 31 miembros de la Cruzada Eucarística están entre las víctimas. https://t.co/tMwCtVTuOa
— ACI Prensa (@aciprensa) July 27, 2025
Sin embargo, lo más alarmante es el silencio de la comunidad internacional que parece limitarse a comunicados o declaraciones sin acciones concretas para frenar esta violencia. La tragedia en Ituri deja en evidencia lo desprotegidas que siguen estando las comunidades cristianas en la actualidad.
Defender la libertad religiosa es, en esencia, proteger la vida y la dignidad humana. Ninguna creencia debería jamás justificar la violencia contra poblaciones inocentes. Las oleadas de violencia hacia los cristianos en la RDC es un llamado urgente a que los gobiernos y organizaciones internacionales tomen medidas para proteger a los más vulnerables. La comunidad global, en especial los líderes cristianos, tiene la responsabilidad moral de alzar la voz sobre esta situación humanitaria.
[1] Swissinfo. (11 de febrero de 2025). Hallados 70 cuerpos de civiles asesinados por un grupo ligado al EI en RD del Congo. Swissinfo.ch. [sitio web]. Recuperado de: https://www.swissinfo.ch/spa/hallados-70-cuerpos-de-civiles-asesinados-por-un-grupo-ligado-al-ei-en-rd-del-congo/88881637
[2] Zuloaga, J.M. (16 de diciembre de 2024). El Estado Islámico asesina a 40 cristianos en Mozambique y el Congo. La Razón [sitio web]. Recuperado de: https://www.larazon.es/internacional/estado-islamico-asesina-40-cristianos-mozambique-congo_2024121667607aaeaccdb00001a14df8.html