En los últimos meses, diversas figuras de redes sociales, han empezado a ocupar un lugar inesperado en el debate político. Youtubers, streamers y tiktokers como Cristorata, Zein, Carlos Orozco, entre otros, han interactuado con políticos, comentado temas de coyuntura e incluso han generado contenido directamente con diversos candidatos.
Personajes como Martín Vizcarra, Rafael López Aliaga, César Acuña y Antauro Humala se han dejado ver acompañados por influencers, buscando conectar con el electorado joven, quienes tienen mayor contacto con las redes sociales, que con los medios de comunicación tradicionales.
Muchos de estos influencers anteriormente no se habían posicionado políticamente, ya que se han dedicado principalmente a generar contenido de humor y de videojuegos, sin embargo, hoy en día estos son el puente entre los jóvenes y la política.
Es así, que estos personajes se han convertido en la versión moderna de los llamados líderes de opinión. Ya que tienen el poder de movilizar a su audiencia e integrarlos a debates públicos con un enfoque más orgánico en base a su imagen y carisma.

Al respecto, la analista política Maite Vizcarra, en declaraciones para Panamericana TV, advierte que se trata de una estrategia cada vez más eficaz para ampliar el alcance digital de los candidatos y generar cercanía emocional con nuevos votantes. Sin embargo, señala también un riesgo: muchas de estas interacciones no están claramente identificadas como propaganda política, lo que complica la fiscalización de posibles pagos o acuerdos encubiertos entre partidos e influencers.

En un escenario donde las redes sociales concentran gran parte del debate público, estos cruces entre política e internet ya no son anecdóticos: marcarán la campaña que se avecina. Frente a ello, la responsabilidad recae en nosotros, los ciudadanos, para informarnos, contrastar fuentes y ejercer un voto consciente, sin dejarnos llevar por como se muestran en redes estos personajes que finalmente serán los máximos representantes de nuestro país.