El pasado febrero, la presidenta mantuvo reuniones con distintos líderes evangélicos, en las que habría revelado detalles sobre su fe. El polémico pastor Anthony Lastra asegura que Dina Boluarte confesó sentirse más “cómoda” entre los evangélicos, pues, según dijo, en la Iglesia católica la “chancan”.
Sin embargo, esa cercanía se enfrió tras la elección del Papa León XIV como nuevo líder de la Iglesia católica.
“Nos dijo delante de todos los pastores que cuando va ella a las iglesias católicas, en las iglesias católicas lo único que hacen es meterle palo y chancarla, pero cuando viene a las iglesias evangélicas ella siente paz, siente una tranquilidad y que más identificada se siente con la comunidad evangélica”, sostuvo Lastra en conversación con Punto Final.
Con apenas 26 años, Lastra ha aprendido a moverse con soltura entre templos y pasillos del poder. Aunque se presenta como pastor evangélico, su trayectoria está más ligada a la política que al púlpito. Ha militado en movimientos como Fe en el Perú y Perú Moderno, y llegó a reunirse en diversas ocasiones con el expresidente Pedro Castillo para ganar terreno en la escena política.
Sus ambiciones lo han llevado a tentar cargos que van desde regidurías en Lima hasta escaños en el Congreso y fórmulas presidenciales. Incluso, la Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas del Perú lo ha calificado como “falso profeta”, evidenciando la desconfianza que despierta su figura dentro de su propio sector.

Esta reunión entre el religioso y la jefa de Estado se dio en el contexto de la elección del Papa León XIV, momento en el que se planteó la creación de una capellanía no católica dentro de la sede presidencial, sin embargo esta idea se descartó.
Al respecto, Lastra afirmó que la mandataria busca quedar bien con el nuevo Papa:
“Ella quiere quedar bien con el nuevo papa y tiene todo su derecho porque es su fe, pero ante todo prima la palabra. Una autoridad tiene que tener palabra. Si ella nos hubiera dicho desde un inicio que no era posible esto, ‘no se puede pastor’, nosotros hubiéramos respetado su posición. Pero ella dijo que sí era posible, y aquí están viendo documentos que el mismo despacho presidencial, el Ministerio de Justicia le estaba dando trámite a nuestra solicitud para salir a nuestro favor”, reiteró.
Estas declaraciones refuerzan la lectura de que Lastra utiliza los espacios religiosos como plataforma de poder. En julio, el pastor asistió a la ceremonia “Acción de Gracias por el Perú”, organizada por iglesias evangélicas en Lince. No fue un acto meramente espiritual: se trató de un movimiento político, reforzado por la presencia de la presidenta junto a su gabinete ministerial, lo que deja claro que esta estrategia fue planificada para mostrar cercanía con estos grupos.

Según Ipsos (2022) se estima que la iglesia evangélica representaría un 12% de la población, lo que se traduce en 3.2 millones de peruanos, asimismo, según Ipsos (2024) los católicos representan un 64% de la población, lo que equivale a más de 20 millones de peruanos que todavía se identifican con el catolicismo.
Cantidades nada despreciables tomando en cuenta la acogida que ha tenido la presidenta los últimos meses. Tomando en cuenta las afirmaciones del pastor y el accionar de la mandataria, quien estaría en búsqueda de generar vínculos sólidos con la Iglesia, sin importar el credo, con tal de encontrar una alianza en estas.
Los gestos religiosos de Boluarte parecen responder a un tablero de poder donde cada aparición cuenta. La lideresa del poder ejecutivo parece entender que en un país donde la fe es capital político, ningún gesto religioso es inocente.