En Estados Unidos, Texas está en el centro de debate sobre los límites entre la religión y la política. Una reciente ley exige que todas las escuelas públicas exhiban una copia de los Diez Mandamientos bíblicos. Sus promotores la presentan como un retorno a los valores fundamentales de la nación, mientras que organizaciones defensoras de la libertad religiosa han interpuesto una demanda federal cuestionando su constitucionalidad.
Quienes apoyan la ley argumentan que los Diez Mandamientos son un componente esencial del patrimonio moral y cultural estadounidense, y que su presencia en las aulas no busca imponer la religión, sino fomentar valores universales como el respeto y justicia. Sin embargo, para los críticos, la norma vulnera la separación Iglesia-Estado establecida en la Primera Enmienda del Bill of Rights[1], que prohíbe al Congreso aprobar leyes que instauren una religión oficial o restrinjan la libertad de culto. Además, Estados Unidos ha respaldado la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), documento que reconoce la libertad religiosa como un derecho esencial. Por lo tanto, es válido cuestionar esta medida que promueve la enseñanza del dogma católico al incluirla en los colegios públicos debido que instituye una infracción ante los principios de laicidad y de libertad religiosa.

En una sociedad diversa, imponer símbolos religiosos en espacios educativos públicos no solo contradice principios legales, sino que puede generar divisiones y discriminación hacia quienes no comparten la misma fe. ¿Por qué algunas confesiones merecerían apoyo público y otras no? La educación debería ofrecer herramientas para la convivencia y el pensamiento crítico, no reforzar jerarquías religiosas ni decidir qué valores son válidos para todos.
La libertad religiosa implica que las creencias están sujetas a la convicción personal, no a la imposición del Estado. La ley de Texas parece responder más a intereses políticos que a necesidades educativas reales. En lugar de garantizar igualdad y respeto a la diversidad, envía un mensaje de preferencia religiosa que contradice la neutralidad que debe caracterizar al Estado. Ante este escenario, vale preguntarnos: ¿existen situaciones similares en el Perú? ¿Se garantiza realmente la libertad religiosa en nuestros espacios públicos? La reflexión queda abierta.
[1] El Bill of Rights o la Carta de Derechos de los Estados Unidos es el conjunto de las 10 primeras enmiendas de la Constitución de Estados Unidos, ratificadas en 1971.